Estos son una serie de destinos a los que los occidentales acuden...
¿Qué se oferta allí?
Sexo con niñas de entre 6 y 16 años
Es lo que se denomina:
"turismo sexual"
No es ninguna tontería, no es mediático, es terrible y no se habla de ello. Todo el mundo lo sabe, todos sabemos que en algunos países pobres hay mafias que abusan de las menores. El problema va más allá, no es tan simple y tiene unas causas, estas cosas no surgen porque sí. Es muy triste que unas cosas sean tan mediáticas y otra tan poco. Es muy triste pensar lo fácil que es ayudar a unos y lo difícil de ayudar a otros.
En Camboya o Haití (que tan mediática es ahora), por ejemplo, más de la mitad de la población es analfabeta. Si nos referimos a la alfabetización femenina el dato es terrible. Son países muy pobres, todos lo sabemos, y el acceso a la educación es exageradamente limitado. En el caso de que una familia decida escolarizar a alguno de sus hijos, siempre será el hijo. Las hijas son puestas a trabajar en el campo ya con tan solo 6 o 7 años, sin saber ni si quiera leer o escribir. Muchas de estas niñas, llevadas del ámbito rural a las ciudades, son víctimas de mafias de explotación sexual infantil. Lo más triste de todo es que no son precisamente los camboyanos los que las dirigen, la gran mayoría de las veces son occidentales, los mismos que consumen este "turismo". El 22% de los turistas que viajan a Camboya lo hacen por motivos sexuales. Al año, son 30.000 los españoles que hacen este tipo de turismo. Se sabe, pero:
¿por qué los gobiernos occidentales no hace nada para impedirlo?
Los turistas suelen ser gente de alta formación y de un nivel de vida alto, pero con un nivel de espíritu y moral que pone los pelos de punta. Este tipo de gente abusa de las niñas mientras están drogadas y pagan dinero por ello. Incluso, las agencias turísticas de estos países ofertan este tipo de servicios sin el más mínimo pudor. Las familias de estas niñas, muy pobres, llegan a vender a sus hijas (una niña virgen: 150 $) a las mafias. Sí, funciona así, no son secuestros... es comercio. Se estima que al año son explotados sexualmente hasta dos millones de niños y niñas en todo el mundo. Es sobrecogedor. Es la nueva esclavitud, la del siglo XXI.
A mi, al menos, me resulta indignante ver como para catástrofes como el terremoto de Haití la comunidad internacional se moviliza, todos los políticos se ponen de acuerdo y dejan (por lo general: ya sabemos del lío entre Obama y Chavez, que le acusa de "invadir" Haití aprovechando la catástrofe...) sus diferencias de lado para ayudar a gente que lo necesita. Bien, pues... ¿por qué cada país occidental, ya que son occidentales los que dirigen y consumen este "turismo sexual", no hacen algo? ¿Es tan difícil hacer frente a estas mafias? ¿realmente la U.E. y EE.UU no podrían con ello? Lo siento, pero yo no me lo puedo creer.
¿Dónde está el problema? pues probablemente en que no interesa, no es mediático y por tanto ¿por qué hacer algo? Además si tenemos en cuenta que hay mucho dinero de por medio... y que no nos afecta en nada, pues ¿para qué?
Esto es así. El problema existe. Podemos pasar de el, podemos intentar saber de qué va, pero por desgracia poco podemos hacer salvo difundir el problema. A mí me indigna, me hace sentir realmente mal saber este tipo de cosas y saber que los que pueden hacer algo no hacen nada y que los que intentan hacer algo no son capaces de solucionar el problema. Es una sensación de impotencia que puede conmigo. Supongo que cuanta más gente sepa de este lamentable problema, alguna posibilidad más habrá de hacer algo. Porque este jodido mundo funciona así, el que no llora no mama: no a la guerra de Iraq, pero no se dice nada del resto de guerras "ilegales e ilegitimas" del mundo; no a la pobreza en África, pero poco se dice del resto de personas que pasan hambre en el mundo o en nuestras propias ciudades, al nuestro lado. Todos estamos en contra de los males del mundo, pero no todos, mas bien los menos, se interesan por ellos. Incomoda saber que unos lo pasan tan mal mientras nosotros no quejamos por chorradas ¿verdad?
Sí hay que decir que varias ONG hacen lo que pueden para ayudar a estas niñas como Intervida o ANESVAD. Construyen escuelas donde estas niñas pueden ir, pero son muy pocas. Lo que pueden llegar ha hacer son simples hechos, que es mejor que nada, pero que no pueden servir para aliviar la conciencia. El problema persiste para miles de niñas más y solo unas poquitas privilegiadas pueden salir de esas mafias y además caer en una escuela. Eso es tener muchísima suerte.
Para saber un poco más:
- Folleto Intervida
- Artículo en Wikipedia
- Vidas invisibles. La explotación sexual infantil (libro gratuito editado por Intervida)
Me alegraré si al menos uno de vosotros lee esto, al menos habré conseguido que una persona más sea consciente de todo esto. Gracias si has llegado hasta aquí.
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2 comentarios:
Felicidades por el texto, me ha gustado porquees un punto de vista distinto cuando pasan este tipo de tragedias. Sólo de pensar en esas niñas y niños se me revuelven las tripas... vamos, no en ellos, en "los otros", que no sé ni cómo denomminarlos.
Enhorabuena Isma, me gustan mucho tus reflexiones porque siempre intentas ir más allá de lo que todo el mundo opina (o mejor dicho reproduce).
Este nuevo turismo sexual del que hablas es verdaderamente algo abominable, aunque en realidad la explotación sexual de las mujeres (y sobre todo de las niñas) no es algo exclusivo del siglo XXI desgraciadamente.
Lo más desalentador es que parece muy improbable que ésto termine. Mientras sigan existiendo degenerados mentales y sobre todo miseria, problemas como éste están muy lejos de solucionarse.
Lo único que nos queda es la información, la capacidad para ser conscientes de lo que ocurre en el mundo y si bien no está en nuestra mano erradicar sus males al menos no podrán lavar nuestras conciencias con placebos de solidaridad y discursos de cuarta.
Enhorabuena por tan interesante artículo. Yo sinceramente me encuentro muy desmotivada desde un tiempo a esta parte para mantener el mío en activo, quién sabe si algún día lo retomaré.
Un beso.
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